Desde que se publicó el libro El método Zettelkasten, no he parado de oír hablar de este sistema de tomar notas y organizar ideas. Al final, he pasado por el aro y he leído el libro. Me ha sorprendido lo sencillo que es el sistema y lo llevo usando en mi propia investigación desde hace unos meses. Voy a intentar resumirlo en pocas palabras, pero, si quieres implementarlo, te recomiendo echar un vistazo al libro o a la plétora de contenido sobre este tema que hay en Internet. 

El método Zettelkasten se basa en el proceso de investigación de Niklas Luhmann, un sociólogo alemán que redactó su tesis en un año y publicó más de 60 libros y 400 artículos académicos. Luhmann atribuía esta extraordinaria prolificidad a su particular manera de tomar notas en fichas de papel. Aquí es donde el libro captó mi atención. 

El método distingue entre dos tipos de notas:

  1. Las notas bibliográficas: Resúmenes más o menos extensos del material bibliográfico que necesitas para llevar a cabo una investigación en concreto (un artículo, una tesis...).
  2. Las notas permanentes: Aquellas ideas que extraes de tus lecturas pero que no están necesariamente relacionadas con una investigación en concreto. Pueden ser puntos esclarecedores, curiosidades, datos que desentonan con lo que ya sabías de antes... Estas ideas se deben guardar permanentemente en un fichero (en alemán, zettelkasten) porque no sabes cuándo vas a necesitarlas.
El método se centra, sobre todo, en este segundo tipo de notas. Propone que uno lea con un boli en la mano, dispuesto a apuntar esas píldoras de información que le llaman la atención. Estas ideas se deben apuntar en forma de notas rápidas, en cualquier cuaderno, trozo de papel o la aplicación de notas del móvil, pero siempre en el mismo lugar. Más tarde (el mismo día o uno o dos días después) se deben pasar estas notas al formato de nota permanente, anotando con precisión el libro y página del que proceden. Las notas permanentes deben ser claras y estar lo suficientemente bien explicadas para entender su sentido incluso si vuelves a esa nota dentro de varios años. 

Dentro del fichero, las notas no deben seguir un orden muy complejo. Si la nota nueva tiene relación con otra, debe colocarse detrás de ella. Si no, se colocará la última. De esta manera, las ideas irán uniéndose orgánicamente en racimos, formando conexiones que quizá no esperabas. Para sacar el máximo potencial a una nota, es importante ponerle una serie de etiquetas. Estas etiquetas no tienen que definir la nota, no son hashtags, sino que deben referirse a la circunstancia de tu investigación en la que te gustaría encontrar esas ideas.

Como la mayoría de los que implementan este sistema en el siglo XXI, yo he optado por un fichero digital en vez de uno físico. Personalmente uso Notion, mi programa preferido para todo lo que tenga que ver con la organización de información. Me gusta Notion porque es muy versátil, pero no es para nada intuitivo, así que quizá prefieras usar otra aplicación. 



En mi caso, organizo las ideas en una galería de Notion y les pongo dos o tres etiquetas. A veces añado una imagen a la nota, pero solo si es relevante. He incluido una propiedad que me permite enlazar unas notas con otras, así, si me doy cuenta de que varias ideas se engloban en un mismo tema, creo una ficha de título en la galería que enlace con todas las demás de ese mismo tema. Esta galería, además, tiene una vista específica con todas las notas de entrada, para ver los grandes temas en torno a los cuales se han ido organizando mis ideas. También uso el filtro para buscar notas con una o varias etiquetas que me interesan en un momento determinado.




Dentro de cada nota, tengo una serie de propiedades. En primer lugar está el título, que resume el contenido. Luego las etiquetas, elegidas entre mis temas de investigación e interés. A continuación pongo la fuente. Si es un libro con el que estoy muy familiarizada y que tengo en casa, no pongo la cita completa, como en este caso. Las dos últimas propiedades tienen que ver con las notas a las que enlaza esta ficha (si no usas Notion, seguro que no has entendido nada de este galimatías).

Llevo poco tiempo usando este método y es muy difícil pasar tus lecturas pasadas al fichero sin releerlas de nuevo, por lo que mi zettelkasten virtual no tiene muchas notas por el momento. Aún así, en estos meses ya he encontrado algunas conexiones que no esperaba (aunque nada ni remotamente publicable, por el momento). La principal ventaja que encuentro es la tranquilidad de que las ideas que me van surgiendo al leer no caen en saco roto, se quedan organizadas y clasificadas en un sistema que me permite volver a ellas en el futuro. En general, recomiendo esta manera de tratar y ordenar la información, aunque no me atrevo a garantizarte que vayas a publicar más de 400 artículos.